¡Buenas noches!
Hoy el día se ha levantado oscuro. Mucho. Clara amenaza de lluvia, pero ha sido una amenaza en vano para lo que quedaba de día. Aunque otros fenómenos de la naturaleza nos esperaban, como leeréis más adelante.
En el día de hoy hemos realizado la siguiente ruta:
- Tokyo Sky Tree y barrio de Asakusa
- Tokyo Dome y barrio de Kagurazaka
- Barrio de Ikekuburo (¡revival!)
- Barrio Coreano (Shin Okubo)
Para variar nos hemos levantado pronto y, tras un asiático desayuno, nos hemos encaminado al Tokyo Sky Tree, la torre más alta de Japón. Por desgracia, el día gris y algo neblinoso no nos ha permitido ver la totalidad del paisaje, no siendo posible ver algunos detalles como por ejemplo el Monte Fuji. También hemos aprovechado para subir al segundo mirador -100 metros más arriba-, con mejores vistas pero misma suerte. Antes de bajar hemos visto que una zona del mirador tenía suelo transparente, pero no daba la misma impresión que sus contrapartidas norteamericanas (p.ej. The Edge en Chicago). En resumen, visita recomendada, ¡pero buscad un día mejor si venís!
Al bajar me ha hecho gracia observar a un grupo de japonesas con paraguas. Se me ha ocurrido que aquí los amortizan y mucho. Los llevan para protegerse del sol cuando hay días radiantes y para protegerse de la lluvia cuando el día no acompaña. Gracias a esto aquí parece que esté moreno en comparación a los locales -mmmm... o igual no-.
Desde la torre nos hemos dirigido al barrio de Asakusa y el templo de Senso-Ji. De camino hemos dejado atrás algún templo más pequeño (había uno precioso antes del río) y hemos podido ver escuelas en funcionamiento, ¡justo a la hora del patio! De hecho estaban formando cuando hemos llegado, al menos los más pequeños. La llegada al templo ha sido sorprendente. Es un recinto enorme con varios templos y una buena colección de budas. Me ha parecido espectacular. Ha sido en esta visita en la que, a fuerza de pedir que nos hicieran una foto, he recordado porqué normalmente llevamos trípode -aunque hoy no fuera el caso-. Allí también hemos sacado un papel de la fortuna donde me ha dicho que me espera una fortuna regular en oposición a la muy buena fortuna que aparentemente le espera a Noemí. Como veis el día era gris gris :-)
Tras la visita, hemos seguido paseando por la zona, recorriendo el mercado que hay delante. Allí hemos degustado algunos dulces locales (como el dango, acompañado de té macha), además de ver talleres artesanales (por ejemplo de máscaras) y muchos otros comercios típicos del país. Yo me he entretenido haciendo fotografías "robadas" a los transeúntes, recibiendo alguna mirada poco cariñosa por parte de alguno. Ya con hambre, hemos remontado todo el paseo para ir a un restaurante que nos recomendaron nuestros amigos Juan y Eva -Mutsumi-, un local absolutamente casero, con tatamis incluidos, y donde hemos comido una comida sencilla pero típica a la par que deliciosa. ¡Totalmente recomendable!
Tras comer hemos puesto rumbo hacia el Tokyo Dome. Inicialmente queríamos visitar el Centro cívico Bunkyo, su mirador y sus karaokes. Pero como el día no acompañaba, hemos seguido hacia el Dome. En la zona no solo hay el estadio de Tokyo sino también el Tokyo Amusement Center -con una montaña rusa muy digna de Port Aventura- y diversas alternativas para pasar la tarde, aunque nosotros no nos hemos quedado -principalmente por el mal día-. Nos ha hecho gracia observar que en el estadio volvía a repetirse el disco grabado de cantos de pájaros -lo recordaréis del metro-, aunque en esta ocasión, multiplicado por diez. Dicho esto, ¡es un placer caminar por el centro de la ciudad con tanto canto de pájaro! Cerca de allí se encontraba el Parque Koishikawa Korakuen, un pequeño pulmón rápido de recorrer y que nos ha parecido precioso. Se puede dar de comer a las carpas -si los patos lo permiten- e incluso nos han aplicado un descuento sobre la entrada... ¡una vez pagada! Vale la pena pasarse.
Tras el respiro, lo siguiente ha sido caminar por Kagurazaka, un barrio de paseo y compras, donde hemos visto muy buenos locales para comer... aunque ya era tarde. ¡Queda para otra ocasión! Puesto que íbamos con tiempo y teníamos ganas de cerrarnos -soplaba fuerte el viento- hemos decidido pasar de nuevo por Ikebukuro y visitar el parque que ayer no visitamos, el J-World. ¡Y mucho mejor que el de ayer! Las atracciones y demás estaban basadas en animación familiar para los europeos (p.ej. Dragonball) y bien dobladas al inglés. ¡Así sí! Me sigue pareciendo muy interesante el tipo de juegos que plantean: búsquedas con dispositivos de realidad aumentada y similares que te fuerzan a dar vueltas por el parque como si de una gymkana se tratara. ¡Una actividad divertida para reactivar al niño/a que llevamos dentro! :-)
Finalmente, hemos culminado el día en el Barrio Coreano (Shin Okubo). O bien no hemos sabido encontrar sus encantos o bien se resumen en: locales para comer -bien, eso sí- y diversiones para todos los gustos -desde centros recreativos, boleras y demás hasta cafés de gatos, maids y hosts-. ¡Aunque quizás ayuda que hayamos ido de noche! Cerca se encuentra el Shinjuku Golden Gai, una zona característica para comer y tomar algo que comprende unos pocos callejones, con anchos de entre 0,5-2,5 metros, y un montón de locales absolutamente diminutos (2x4 metros, con cabida para 6 personas máximo, con alguna excepción). En algunos no se podía entrar si no se hablaba japonés perfectamente. Tampoco se permite hacer fotos, aunque alguna he hecho como podréis imaginar. Tras pasearlo entero hemos vuelto hacia atrás para cenar en el Black Hole, un local donde sirven carne de Wagyu y tú te la cocinas a tu gusto. ¡Es-pec-ta-cu-lar! Hemos comido de maravilla y el trato ha sido exquisito. De la carne ni hablamos... La nota diferencial la ha puesto el terremoto sufrido justo antes de acabar -muy leve, pero suficiente para que saltaran las alarmas-. Una cosa menos por vivir, ¡aunque haya sido light!
Desde allí hemos vuelto hacia el hotel con sueño -tras la extensa caminata- y ganas de empezar un nuevo día... ¡veremos qué tiempo hace mañana!
¡Un abrazo a todos!
Pd. Hace algo más de media hora mi ordenador me ha mirado a los ojos y, sin previo aviso y sin piedad, ha decidido que se apagaba. No, no faltaba batería ni era una actualización. Es uno de aquellos fenómenos inexplicables que necesitaba en mi vida a estas horas... pero en momentos como este es en el que hay que sacar pecho y volver a escribir el blog... ¡no hay que darse por vencido!
Pd2. El restaurante Mutsumi se encuentra en la dirección 3 Chome-32-4 Asakusa, y aunque tienen una carta limitada en inglés, ¡no veréis el nombre en la entrada! No es fácil de encontrar.
Pd3. En las gasolineras, las mangueras cuelgan del techo. Me ha sorprendido al inicio pero... ¡no es mala idea!
Pd4. Ahora veo que el terremoto fue leve en Tokyo, pero con mucho más impacto de lo que pensábamos, por desgracia... adjunto noticia (aquí)
Hoy el día se ha levantado oscuro. Mucho. Clara amenaza de lluvia, pero ha sido una amenaza en vano para lo que quedaba de día. Aunque otros fenómenos de la naturaleza nos esperaban, como leeréis más adelante.
En el día de hoy hemos realizado la siguiente ruta:
- Tokyo Sky Tree y barrio de Asakusa
- Tokyo Dome y barrio de Kagurazaka
- Barrio de Ikekuburo (¡revival!)
- Barrio Coreano (Shin Okubo)
Para variar nos hemos levantado pronto y, tras un asiático desayuno, nos hemos encaminado al Tokyo Sky Tree, la torre más alta de Japón. Por desgracia, el día gris y algo neblinoso no nos ha permitido ver la totalidad del paisaje, no siendo posible ver algunos detalles como por ejemplo el Monte Fuji. También hemos aprovechado para subir al segundo mirador -100 metros más arriba-, con mejores vistas pero misma suerte. Antes de bajar hemos visto que una zona del mirador tenía suelo transparente, pero no daba la misma impresión que sus contrapartidas norteamericanas (p.ej. The Edge en Chicago). En resumen, visita recomendada, ¡pero buscad un día mejor si venís!
Al bajar me ha hecho gracia observar a un grupo de japonesas con paraguas. Se me ha ocurrido que aquí los amortizan y mucho. Los llevan para protegerse del sol cuando hay días radiantes y para protegerse de la lluvia cuando el día no acompaña. Gracias a esto aquí parece que esté moreno en comparación a los locales -mmmm... o igual no-.
Detalles del Tokyo Sky Tree y sus vistas -algo nubladas hoy- :-)
En un parque cercano... ¡un japonés hace una demostración de fuerza!
El Tokyo Sky Tree desde la distancia, ¡esta vez con sol! -temporalmente-
Desde la torre nos hemos dirigido al barrio de Asakusa y el templo de Senso-Ji. De camino hemos dejado atrás algún templo más pequeño (había uno precioso antes del río) y hemos podido ver escuelas en funcionamiento, ¡justo a la hora del patio! De hecho estaban formando cuando hemos llegado, al menos los más pequeños. La llegada al templo ha sido sorprendente. Es un recinto enorme con varios templos y una buena colección de budas. Me ha parecido espectacular. Ha sido en esta visita en la que, a fuerza de pedir que nos hicieran una foto, he recordado porqué normalmente llevamos trípode -aunque hoy no fuera el caso-. Allí también hemos sacado un papel de la fortuna donde me ha dicho que me espera una fortuna regular en oposición a la muy buena fortuna que aparentemente le espera a Noemí. Como veis el día era gris gris :-)
¡Con uno de los múltiples budas del templo! -y un trípode improvisado-
Detalles del templo: ¡limpieza de manos, transporte, farolillos y buena fortuna!
Momentos de oración de una estudiante japonesa :-)
Tras la visita, hemos seguido paseando por la zona, recorriendo el mercado que hay delante. Allí hemos degustado algunos dulces locales (como el dango, acompañado de té macha), además de ver talleres artesanales (por ejemplo de máscaras) y muchos otros comercios típicos del país. Yo me he entretenido haciendo fotografías "robadas" a los transeúntes, recibiendo alguna mirada poco cariñosa por parte de alguno. Ya con hambre, hemos remontado todo el paseo para ir a un restaurante que nos recomendaron nuestros amigos Juan y Eva -Mutsumi-, un local absolutamente casero, con tatamis incluidos, y donde hemos comido una comida sencilla pero típica a la par que deliciosa. ¡Totalmente recomendable!
Mercado delante del templo de Senjo-Ji.. ¡una maravilla y lleno de contrastes!
Tienda de máscaras en el mercado... ¡había de todo!
En el Mutsumi, comiendo en un tatami dentro de una casa de barrio :-)
Tras comer hemos puesto rumbo hacia el Tokyo Dome. Inicialmente queríamos visitar el Centro cívico Bunkyo, su mirador y sus karaokes. Pero como el día no acompañaba, hemos seguido hacia el Dome. En la zona no solo hay el estadio de Tokyo sino también el Tokyo Amusement Center -con una montaña rusa muy digna de Port Aventura- y diversas alternativas para pasar la tarde, aunque nosotros no nos hemos quedado -principalmente por el mal día-. Nos ha hecho gracia observar que en el estadio volvía a repetirse el disco grabado de cantos de pájaros -lo recordaréis del metro-, aunque en esta ocasión, multiplicado por diez. Dicho esto, ¡es un placer caminar por el centro de la ciudad con tanto canto de pájaro! Cerca de allí se encontraba el Parque Koishikawa Korakuen, un pequeño pulmón rápido de recorrer y que nos ha parecido precioso. Se puede dar de comer a las carpas -si los patos lo permiten- e incluso nos han aplicado un descuento sobre la entrada... ¡una vez pagada! Vale la pena pasarse.
El Tokyo Dome y el Parque Koishikawa Korakuen... ¡precioso!
Tras el respiro, lo siguiente ha sido caminar por Kagurazaka, un barrio de paseo y compras, donde hemos visto muy buenos locales para comer... aunque ya era tarde. ¡Queda para otra ocasión! Puesto que íbamos con tiempo y teníamos ganas de cerrarnos -soplaba fuerte el viento- hemos decidido pasar de nuevo por Ikebukuro y visitar el parque que ayer no visitamos, el J-World. ¡Y mucho mejor que el de ayer! Las atracciones y demás estaban basadas en animación familiar para los europeos (p.ej. Dragonball) y bien dobladas al inglés. ¡Así sí! Me sigue pareciendo muy interesante el tipo de juegos que plantean: búsquedas con dispositivos de realidad aumentada y similares que te fuerzan a dar vueltas por el parque como si de una gymkana se tratara. ¡Una actividad divertida para reactivar al niño/a que llevamos dentro! :-)
Rejuveneciendo unos añitos... o... ¡a quien quiero engañar! :-)
Finalmente, hemos culminado el día en el Barrio Coreano (Shin Okubo). O bien no hemos sabido encontrar sus encantos o bien se resumen en: locales para comer -bien, eso sí- y diversiones para todos los gustos -desde centros recreativos, boleras y demás hasta cafés de gatos, maids y hosts-. ¡Aunque quizás ayuda que hayamos ido de noche! Cerca se encuentra el Shinjuku Golden Gai, una zona característica para comer y tomar algo que comprende unos pocos callejones, con anchos de entre 0,5-2,5 metros, y un montón de locales absolutamente diminutos (2x4 metros, con cabida para 6 personas máximo, con alguna excepción). En algunos no se podía entrar si no se hablaba japonés perfectamente. Tampoco se permite hacer fotos, aunque alguna he hecho como podréis imaginar. Tras pasearlo entero hemos vuelto hacia atrás para cenar en el Black Hole, un local donde sirven carne de Wagyu y tú te la cocinas a tu gusto. ¡Es-pec-ta-cu-lar! Hemos comido de maravilla y el trato ha sido exquisito. De la carne ni hablamos... La nota diferencial la ha puesto el terremoto sufrido justo antes de acabar -muy leve, pero suficiente para que saltaran las alarmas-. Una cosa menos por vivir, ¡aunque haya sido light!
Callejones del barrio coreano... ¡algunos rincones de paz quedan!
Capturas del Shinjuku Golden Gai... un sitio diferente
¡Cena carnívora! Espectacular manjar en el "Black Hole"
Desde allí hemos vuelto hacia el hotel con sueño -tras la extensa caminata- y ganas de empezar un nuevo día... ¡veremos qué tiempo hace mañana!
¡Un abrazo a todos!
Pd. Hace algo más de media hora mi ordenador me ha mirado a los ojos y, sin previo aviso y sin piedad, ha decidido que se apagaba. No, no faltaba batería ni era una actualización. Es uno de aquellos fenómenos inexplicables que necesitaba en mi vida a estas horas... pero en momentos como este es en el que hay que sacar pecho y volver a escribir el blog... ¡no hay que darse por vencido!
Pd2. El restaurante Mutsumi se encuentra en la dirección 3 Chome-32-4 Asakusa, y aunque tienen una carta limitada en inglés, ¡no veréis el nombre en la entrada! No es fácil de encontrar.
Pd3. En las gasolineras, las mangueras cuelgan del techo. Me ha sorprendido al inicio pero... ¡no es mala idea!
Pd4. Ahora veo que el terremoto fue leve en Tokyo, pero con mucho más impacto de lo que pensábamos, por desgracia... adjunto noticia (aquí)
Me gusta mucho el templo y sus abalorios , los farolillos son preciosos , los sitios de mascaras , las mujeres vestidas con el kimono tradicional...
ResponderEliminarEl restaurante escondido en una callejuela , tiene algo magico y atemporal, en fin que pena que no pare de llover pero bueno ....ya saldra el sol.
¡Gracias! La verdad es que fue un gran día y aún aguantó el tiempo, así que no nos podemos quejar. El templo es precioso y la zona muy visitable, con muchos matices. ¡Tuvimos suerte de encontrar el restaurante!
Eliminar¡Qué bueno que hayáis encontrado Mutsumi!
ResponderEliminarMe apunto Black Hole para nuestra próxima visita a Tokio.
Seguid disfrutando
No solo lo encontramos (que costó) sino que quedamos encantados. El sitio auténtico y la comida genial!!!! Gracias!! Black hole tenía una de las mejores carnes que he probado. Muy recomendable!!
EliminarMolt xules les fotos, impresionant els parcs/temples i el Sky tree. Mola molt!
ResponderEliminarDisfruteu moltissimmm
PD. Has hagut d'escriure tot 2 vegades?? Esto si que es pasión!!
PD2. Saps que no et faras mai gran del tot :)
Moltes gràcies Anna!!!! La veritat és que va ser un gran dia!!! El temple i la zona van ser espectaculars!! A més vem tenir de tot, terratrèmol inclòs!!! ;)
EliminarI sí, he hagut de re-escriure el blog dues vegades... s'ha de ser compromès!! Jejeje. No penso fer-me mai gran d'esperit, no sé què és això ;)
Una abraçada enorme!