¡Buenos días!
Hoy el día ha amanecido más temprano que de costumbre, a las 6 de la mañana. El motivo es que, estando en un monasterio budista, se nos ofrecía la posibilidad de atender a la ceremonia budista donde se realizan las oraciones y cantos a Kukai (Otsutome) así como al ritual del fuego -como ya comenté ayer-. ¡Y lo teníamos que aprovechar! El apretado horario de la mañana era el siguiente:
- 6.00 - Despertarse y darse un baño rápido en los baños públicos
- 6.30 - Ceremonia Budista (Otsutome)
- 7.00 - Ritual del Fuego
- 7.30 - Desayuno vegetariano en la habitación
- 8.00 - Salida a ver algo más de Koyasan
A pesar del madrugón, hay que reconocer que la experiencia ha valido la pena. En la ceremonia budista -donde éramos una veintena- un monje va leyendo/cantando los mantras para Kukai y tocando diferentes instrumentos de percusión que tiene a su alrededor. Es un poco monótona pero si uno se relaja y escucha atentamente, es absorbente. Al terminar nos han hecho saludar a Kukai -con una reverencia, uno por uno- y hemos bajado ipso-factos a un segundo templo donde se haría el ritual del fuego. Dos monjes ofician el ritual: el primero recita/canta mantras mientras nuevamente toca instrumentos de percusión, y el segundo se dedica a encender el fuego poco a poco, siguiendo un proceso muy concreto, y luego lo va alimentando, quemando diferentes peticiones hasta que, al final, se apaga. La petición al visitante, en este caso, es que inhales el humo residual del fuego y presentes tus respetos a tres dioses. Ha sido una manera de acercarnos un poco más a la vida del monje budista y a sus tradiciones, ¡muy recomendable!
Tras acabar, hemos corrido ágiles a la habitación para ver como habían cambiado los futones por nuestro desayuno vegetariano. Aunque era más ligero que la cena de ayer -obviamente- hemos quedado satisfechos, y seguimos pensando que en el monasterio dan de comer bien. Además los amantes del té disfrutan de buenos tés y los del café... ¡pues tenemos una maquina en la entrada! Una vez desayunados hemos salido a hacer la última excursión de Koyasan. Y es que queríamos volver al cementerio de Okunoin de día, puesto que anoche quedamos muy impresionados. Dicho esto la visita le hemos hecho en formato express, puesto que queríamos salir pronto hacia Osaka porqué el trayecto es largo -dos horas y media- y los castillos cierran pronto.
Así que hemos volado a través de cementerio, recordando las historias que os contaba ayer, y probando algunas de las cosas que nos sugirieron, como mirar a través del Pozo Espejo (Mirror Well) para ver si nos quedaban más de tres años de vida -si veíamos nuestro reflejo-. ¡Parece ser que así es! De paso nos hemos dado cuenta de la amplitud del cementerio, algo que ayer no vimos. No solo es largo, es anchisimo. No es de extrañar que por su magnitud y belleza sea el más popular de Japón. También nos hemos acercado al mausoleo de Kobo Daishi (Kukai) para verlo de día y entrar también en el almacén de linternas, que es espectacular. No os lo puedo enseñar porqué, como recordaréis, en el recinto sagrado no se pueden hacer fotos.
Terminada la visita, hemos vuelto corriendo al hotel para recoger, hacer el checkout y coger el autobús hacia la estación. He aprovechado parar comprarme una camiseta de Koyasan Ekoin -porqué además la mía olía a rayos- y también hemos adquirido un librillo con traducciones de los mantras y enseñanzas del budismo al inglés. ¡Muy interesante!
El camino hacia Osaka ha sido algo largo, como ya os comentaba, y ha empezado con un tranvía cremallera que nos ha llevado hasta la estación. Desde ahí hemos estado dos horas en el tren, que yo he invertido en avanzar blog -como es habitual-. De hecho el tren no estaba en perfectas condiciones y han tenido que hacerle algunas pruebas, pero al final hemos llegado sin sustos.
El siguiente barrio a ver ha sido Shinsaibashi, famoso por ser uno de los barrios de tiendas de referencia. Pero rápidamente nos hemos desviado al Dōtonbori, uno de los barrios más visitados de la ciudad, paralelo al canal Dōtonbori. Antiguamente era un barrio de teatros pero actualmente se trata de un barrio de entretenimiento y, principalmente, restauración de todos los estilos. Lo caracteriza la decoración de sus restaurantes, con multitud de muñecos instalados en las fachadas cual "fallas valencianas". Aunque mañana volveremos a cenar, hemos pasado un rato por la zona. También hemos picoteado un poco, probando unos takoyakis -bolas de pulpo y harina- en un local popular. Para atraer a los turistas tenían puesta una canción sobre los takoyakis bastante divertida, aunque la cola y el buen olor atraían por sí solos.
El último barrio a visitar ha sido el Nipponbashi, el barrio otaku/friki que además de centros comerciales se especializa en tiendas de artículos relacionados con el mundo del anime y el manga así como centros de videojuegos y tiendas de electrónica. ¡Solo llegar nos hemos encontrado un grupo de niñas bailando que, al parecer, tienen un disco! (sushicco se llamaban, o al menos así se llama su Twitter).
Las tiendas otakus estaban MUY cargadas de artículos sobre todas las series habidas y por haber. Hay que pensar que no solo hablamos de tiendas de una planta, sino de centros comerciales de varias plantas con muchísima variedad de artículos. La mayoría suelen ser figuras de todos los tamaños o accesorios para el móvil, además de cómics y DVDs. Además nos hemos encontrado alguna tienda retro con dibujos de cuando éramos pequeños (como Musculman / Nikkuman). Y en algunos casos... también hemos visto gente muy rara, pero eso ya es otra historia.
Finalmente nos hemos metido en un centro comercial de juegos arcade (Taito Game Station), bastante más grande que el que habíamos visitado en Tokio. El centro se dividía por plantas especializadas, diferenciando máquinas de azar, juegos arcade, juegos de estrategia y juegos musicales principalmente. Los juegos de estrategia respondían a las instrucciones del jugador a medida que este iba lanzando "cartas" en un tablero, habiendo juegos de deportes, rol, etcétera. Por el tipo de juegos, se trataba de un piso muy silencioso, en contraste con el resto. Los juegos musicales incluían cualquier tipo de juego con componente musical: Guitar Hero y todas sus variaciones -con batería, con plato de DJ, ¡con lo que imaginéis!-, juegos de baile, el juego de percusión que ya os comenté en Tokio y un largo etcétera. En el apartado de recreativas había lo de siempre, incluyendo un apartado de juegos retro donde podías encontrar hasta el primer Street Fighter. ¿Y hemos jugado a algo? Pues sí, yo he echado un par de partidas al Street Fighter, para rememorar viejos tiempos, luego hemos jugado juntos al mejor juego de terror que he visto nunca y finalmente a uno de boxeo.
Mención especial al juego de terror (Dark Escape 3D)... se trataba de un juego de disparos (shooter) donde tu objetivo era liquidar zombies en "parejas". Hasta aquí normal. Lo sorprendente era el hecho de que era en 3D -gafas activas, se veía MUY bien-, utilizaba elementos adicionales para interactuar con el usuario (todo se "movía", silla inclusive), te echaban aire o agua en la cara, etcétera. y hasta monitorizaban tus pulsaciones para ver cuan "asustado" estabas. Y asustaba, creerme. ¡Ha sido espectacular!
Hoy el día ha amanecido más temprano que de costumbre, a las 6 de la mañana. El motivo es que, estando en un monasterio budista, se nos ofrecía la posibilidad de atender a la ceremonia budista donde se realizan las oraciones y cantos a Kukai (Otsutome) así como al ritual del fuego -como ya comenté ayer-. ¡Y lo teníamos que aprovechar! El apretado horario de la mañana era el siguiente:
- 6.00 - Despertarse y darse un baño rápido en los baños públicos
- 6.30 - Ceremonia Budista (Otsutome)
- 7.00 - Ritual del Fuego
- 7.30 - Desayuno vegetariano en la habitación
- 8.00 - Salida a ver algo más de Koyasan
A pesar del madrugón, hay que reconocer que la experiencia ha valido la pena. En la ceremonia budista -donde éramos una veintena- un monje va leyendo/cantando los mantras para Kukai y tocando diferentes instrumentos de percusión que tiene a su alrededor. Es un poco monótona pero si uno se relaja y escucha atentamente, es absorbente. Al terminar nos han hecho saludar a Kukai -con una reverencia, uno por uno- y hemos bajado ipso-factos a un segundo templo donde se haría el ritual del fuego. Dos monjes ofician el ritual: el primero recita/canta mantras mientras nuevamente toca instrumentos de percusión, y el segundo se dedica a encender el fuego poco a poco, siguiendo un proceso muy concreto, y luego lo va alimentando, quemando diferentes peticiones hasta que, al final, se apaga. La petición al visitante, en este caso, es que inhales el humo residual del fuego y presentes tus respetos a tres dioses. Ha sido una manera de acercarnos un poco más a la vida del monje budista y a sus tradiciones, ¡muy recomendable!
Templo donde ha tenido lugar la primera ceremonia (otsutome), tras terminar
Segunda ceremonia, el ritual del fuego, en su momento álgido -¡el fuego estaba en su apogeo!-
Así que hemos volado a través de cementerio, recordando las historias que os contaba ayer, y probando algunas de las cosas que nos sugirieron, como mirar a través del Pozo Espejo (Mirror Well) para ver si nos quedaban más de tres años de vida -si veíamos nuestro reflejo-. ¡Parece ser que así es! De paso nos hemos dado cuenta de la amplitud del cementerio, algo que ayer no vimos. No solo es largo, es anchisimo. No es de extrañar que por su magnitud y belleza sea el más popular de Japón. También nos hemos acercado al mausoleo de Kobo Daishi (Kukai) para verlo de día y entrar también en el almacén de linternas, que es espectacular. No os lo puedo enseñar porqué, como recordaréis, en el recinto sagrado no se pueden hacer fotos.
Algunos detalles del cemeneterio de Okunoin tomadas en modo 'express'... ¡he añadido algo de HRD! :-)
Aquí los tres con el último edificio previo a la zona sagrada -y de fondo la cocina-
Terminada la visita, hemos vuelto corriendo al hotel para recoger, hacer el checkout y coger el autobús hacia la estación. He aprovechado parar comprarme una camiseta de Koyasan Ekoin -porqué además la mía olía a rayos- y también hemos adquirido un librillo con traducciones de los mantras y enseñanzas del budismo al inglés. ¡Muy interesante!
¡Última foto del shokubo o monasterio de Ekoin! ¡Lo echaremos de menos!
El camino hacia Osaka ha sido algo largo, como ya os comentaba, y ha empezado con un tranvía cremallera que nos ha llevado hasta la estación. Desde ahí hemos estado dos horas en el tren, que yo he invertido en avanzar blog -como es habitual-. De hecho el tren no estaba en perfectas condiciones y han tenido que hacerle algunas pruebas, pero al final hemos llegado sin sustos.
Algunas fotos de la ruta en "cremallera"... ¡ha sido divertido! Aunque los sitios eran estrechos a más no poder
¡Y por fin llegamos a Osaka! Se trata de la tercera ciudad más grande de la isla -tras Tokio y Yokohama- y presenta uno de los puertos y centros industriales del país. Apodada "la cocina de Japón", dispone de múltiples barrios donde comer pero también tiene otros atractivos como sus templos, el acuario -el más famoso del país-, parques temáticos -incluso de temática spa- y varios miradores, entre otros. Habiendo llegado a media tarde hemos llegado a Osaka con una planificación muy clara concreta, que pasa por:
- Visitar el Castillo de Osaka
- Visitar los barrios de Shinsaibashi, AmerikaMura, Nipponbashi, Tsuruhashi
Aunque brevemente, primero hemos pasado por el nuevo hotel a descargar equipaje. El hotel es de estilo japonés, con tatami y desayuno tradicional, y nos ha gustado mucho (Hotel Ichiei). ¡Además la localización es muy buena! Ya en el Castillo de Osaka, nos hemos quedado muy sorprendidos. Al castillo se llega a través de un parque, el Osaka Castle Park, que presenta varias secciones entre las que se haya la ciudadela, que es la parte central, y que es donde está el castillo en sí. Esta estructura se empezó a construir en 1583 por Toyotomi Hideyoshi, el señor feudal que unificó Japón. Desde entonces ha sufrido muchos daños, pero fue restaurada gradualmente. El castillo tiene ocho pisos y, como suele ocurrir con estas estructuras, su interior lo ocupa un museo que culmina con un mirador en la planta más alta. En el museo se exhiben tesoros nacionales de todo tipo y se explica la historia del castillo, Osaka y Japón a través de dioramas, vídeos, actividades, etc. Lo más impresionante han sido las vistas desde el octavo piso, ¡esto no lo esperábamos!
Comida rápida antes de entrar al castillo... ¡crepes saladas y dulces! -muy típicas en Japón por cierto-
Vistas desde el puente que conecta con la ciudadela del castillo... ¡como veis el foso es funcional!
Primeras fotografías con el castillo. Es ENORME y nos ha parecido espectacular
Diorama que ejemplifica una de las batallas por la unificación de Japón
Vista desde el octavo piso... ¡como veis es espectacular!
Para terminar os dejo un HDR del castillo que ha quedado chulo :-)
Tras la visita al castillo, nos hemos dedicado a pasear. El primero de los barrios que hemos recorrido ha sido el AmerikaMura (Ame-Mura), un barrio que emula Estados Unidos en todos sus sentidos: comercios, restaurantes, estilo, etcétera. También es donde se pueden encontrar ex-patriados y donde se pueden observar exponentes de la cultura "pop" japonesa. Leímos que había una representación de la estatua de la libertad a pequeña escala pero no la hemos sabido encontrar -tampoco nos hemos esforzado mucho en buscarla francamente-. Además de pasear, no hay nada que nos haya parecido demasiado interesante, ¡a menos que no queráis comprar ropa o artículos estadounidenses!
Pintadas "hippies", coches antiguos norteamericanos y algún "bar improvisado" definen bien AmerikaMura
El siguiente barrio a ver ha sido Shinsaibashi, famoso por ser uno de los barrios de tiendas de referencia. Pero rápidamente nos hemos desviado al Dōtonbori, uno de los barrios más visitados de la ciudad, paralelo al canal Dōtonbori. Antiguamente era un barrio de teatros pero actualmente se trata de un barrio de entretenimiento y, principalmente, restauración de todos los estilos. Lo caracteriza la decoración de sus restaurantes, con multitud de muñecos instalados en las fachadas cual "fallas valencianas". Aunque mañana volveremos a cenar, hemos pasado un rato por la zona. También hemos picoteado un poco, probando unos takoyakis -bolas de pulpo y harina- en un local popular. Para atraer a los turistas tenían puesta una canción sobre los takoyakis bastante divertida, aunque la cola y el buen olor atraían por sí solos.
De camino al Shinsaibashi y al Dōtonbori ya empezábamos a ver grandes carteles
Cuatro "muñecos" característicos de Dōtonbori, cada uno correspondiente a un restaurante
¡Como veis las especialidades de la zona son pulpo, gambas y cangrejo!
Más detalles del Dōtonbori, incluyendo la preparación del 'takoyaki' que nos comimos en ruta
El último barrio a visitar ha sido el Nipponbashi, el barrio otaku/friki que además de centros comerciales se especializa en tiendas de artículos relacionados con el mundo del anime y el manga así como centros de videojuegos y tiendas de electrónica. ¡Solo llegar nos hemos encontrado un grupo de niñas bailando que, al parecer, tienen un disco! (sushicco se llamaban, o al menos así se llama su Twitter).
Las tiendas otakus estaban MUY cargadas de artículos sobre todas las series habidas y por haber. Hay que pensar que no solo hablamos de tiendas de una planta, sino de centros comerciales de varias plantas con muchísima variedad de artículos. La mayoría suelen ser figuras de todos los tamaños o accesorios para el móvil, además de cómics y DVDs. Además nos hemos encontrado alguna tienda retro con dibujos de cuando éramos pequeños (como Musculman / Nikkuman). Y en algunos casos... también hemos visto gente muy rara, pero eso ya es otra historia.
Finalmente nos hemos metido en un centro comercial de juegos arcade (Taito Game Station), bastante más grande que el que habíamos visitado en Tokio. El centro se dividía por plantas especializadas, diferenciando máquinas de azar, juegos arcade, juegos de estrategia y juegos musicales principalmente. Los juegos de estrategia respondían a las instrucciones del jugador a medida que este iba lanzando "cartas" en un tablero, habiendo juegos de deportes, rol, etcétera. Por el tipo de juegos, se trataba de un piso muy silencioso, en contraste con el resto. Los juegos musicales incluían cualquier tipo de juego con componente musical: Guitar Hero y todas sus variaciones -con batería, con plato de DJ, ¡con lo que imaginéis!-, juegos de baile, el juego de percusión que ya os comenté en Tokio y un largo etcétera. En el apartado de recreativas había lo de siempre, incluyendo un apartado de juegos retro donde podías encontrar hasta el primer Street Fighter. ¿Y hemos jugado a algo? Pues sí, yo he echado un par de partidas al Street Fighter, para rememorar viejos tiempos, luego hemos jugado juntos al mejor juego de terror que he visto nunca y finalmente a uno de boxeo.
Mención especial al juego de terror (Dark Escape 3D)... se trataba de un juego de disparos (shooter) donde tu objetivo era liquidar zombies en "parejas". Hasta aquí normal. Lo sorprendente era el hecho de que era en 3D -gafas activas, se veía MUY bien-, utilizaba elementos adicionales para interactuar con el usuario (todo se "movía", silla inclusive), te echaban aire o agua en la cara, etcétera. y hasta monitorizaban tus pulsaciones para ver cuan "asustado" estabas. Y asustaba, creerme. ¡Ha sido espectacular!
El grupo de bailarinas que nos hemos encontrado... ¡publicitando su nuevo single! (sushicco)
Típica tienda "otaku" con mil accesorios para cada personaje de cada serie
Game Taito Station y sus decenas de juegos... ¡el centro está lleno a todas horas!
Reproducción de los Beatles en una casa de guiñoles y muñecos de cartón piedra.. ¡hay comercios para todo!
Tras tanto paseo hemos decidido volver al hotel y buscar algo para cenar, sin demasiado acierto. Hemos terminado en un local de sushi y shabu-shabu (creemos que chino) donde hemos comido bien pero sin tirar cohetes. Y esta vez, NADA de inglés por ninguna parte... ¡suerte de Noe! La próxima vez tendremos que escoger con más cuidado :-)
Finalmente, y aunque estaba en la planificación, no hemos pasado por el Barrio Tsuruhashi (el barrio coreano), pero tendremos tiempo de hacerlo esta semana. Mañana seguiremos viendo la ciudad, ¡empezando por sus templos!
¡Un abrazo!
La ceremonia del fuego es impactante y las fotografias dignas de publicarse en el National Geografic .
ResponderEliminarÉs impactant! Però et passes una mica amb el comentari de les fotos, jejeje -avui no eren tan bones!-. Dit això els HDR van quedant bé, estic content!
EliminarConsidero q los mantras se han de escuchar con la mente vacía, cuándo eres conciente de la propia respiración y puedes percibir las vibraciones de los instrumentos.
ResponderEliminarQ experiencia tan fantástica, además poder haberlo vivido en directo ❤️
El tren de color rojo y blanco y el entorno me recuerdan al q sube a St Jeróni.
Sigo diciendo q os sienta muy bien Japón, estáis explendidos!!🌅⛩🎎
La verdad es que es una gran experiencia, hay que vivirla una vez en la vida. ¡Muchas gracias Montse!
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