domingo, 5 de junio de 2016

Día 20- Osaka (Templos, Abeno Harukas, Dotonbori)

¡Hoy he publicado dos días seguidos! -días 20-21- ¡Los dos últimos días! No os dejéis ninguno ;-)

¡Ohayo-gozaimasu!

¡Penúltimo día en Osaka y en Japón! Poco a poco termina la aventura, ¡pero pensamos saborearla hasta el final! El objetivo de hoy ha sido ver con calma Osaka, ya que estamos en la ciudad. Ayer sólo pudimos ver el castillo y algunos de sus barrios, así que el objetivo de hoy será:

- Visitar los distintos templos, santuarios y parques
- Pasearnos por la zona comercial Shinsekai y subir a la torre Hitachi (Tsutenkaku)
- Subir al rascacielos más alto de Japón y uno de los más bonitos que he visitado, el Abeno Harukas
- Acercarnos de nuevo al Dotonbori para cenar y disfrutar del ambiente



En el nuevo hotel, donde hemos dormido por primera vez -de nuevo en tatami-, también tenían desayuno japonés, ¡así que hemos vuelto a disfrutar de este gran arranque de día! Como siempre el desayuno es extenso e incluye pescado, sopa de miso, tofú y un largo etcétera. Era gracioso ver como estábamos solos en el comedor, puesto que el hotel no es muy grande y la grandísima mayoría de gente pide que le monten el desayuno en la habitación -ellos lo ofrecen-. Yo prefiero evitarlo, así salimos antes y las sábanas "se enganchan" menos cuando te tienes que levantar para desayunar, ¿no creéis?

Y después del desayuno... ¡en ruta! La primera parte del día se basaba en templos y santuarios que, en resumen, nos han parecido bastante más sencillos que los visitados en el resto del viaje, tanto en capitales como Tokio o -sobretodo- Kioto como obviamente en otras localizaciones. El plan ha sido ver el santuario de Imamiya Ebisu (Imamiya Ebisu Shrine), el templo de Shitennoji y el templo de Isshin-ji, con una pequeña parada en la zona de Shinsekai y la torre Hitachi (Tsutenkaku).

El santuario de Imamiya Ebisu fue una parada rápida. No hay demasiado que ver. Hay un único templo en el centro y bastante espacio. Nos ha parecido entender que en festividades concretas se llena muchísimo de gente, pero no era el día hoy y el santuario estaba totalmente solitario.


Como veis el santuario es pequeñito y tiene poco sentido pasarse si no es una festividad

Después del primer santuario nos hemos adentrado en la zona comercial de Shinsekai. Siendo por la mañana, la zona estaba semi-cerrada, y es que es recomendable esperar hasta después del mediodía para visitar zonas comerciales. Así que, para hacer tiempo, hemos subido a la torre Hitachi (Tsutenkaku). Es una visita un poco rara, porqué está muy orientada a vender productos de tres/cuatro marcas determinadas (como Pocky, los Mikado de Japón), pero también incluye alguna exposición y -como es obvio- un buen mirador a la ciudad, ¡y hacía buen día! La exposición era de unos dibujos que a algunos os sonarán de la niñez... ¡musculman! También había dos juegos de pulsador donde tenías que darle al botón en el segundo 7.77 y en el 11.11. Los japoneses fallaban de MUCHO -del orden de un segundo-, lo que me ha dejado desconcertado. ¡Yo he conseguido clavar los dos! (y nadie ha hecho ninguno, así que ya tengo mi logro inútil del día, aquellos que solo te hacen feliz a ti vamos). He preguntado si daban algún premio y me han dicho que no, pero que nos felicitaban mucho porqué no solía ocurrir. Para variar se desencajan cuando se enteran que somos de Barcelona, no sé si por la lejanía o por lo mucho que les atrae la ciudad -o ambas-. Para terminar, había una exposición con dioramas de la historia de Japón. Muy entretenido, la verdad.


La calle comercial de Shinsekai -casi vacía- y la torre Hitachi... ¡en la segunda foto parece una chimenea!


Vistas desde arriba de la torre... ¡hacía un día espléndido! -en el fondo veréis la torre Abeno Harukas-


Noemí con Musculman en la exposición que tenían montada en uno de los pisos de la torre


Detalle del barrio comercial de Shinsekai -los globos los ponen donde cocinan "fugu", el pez venenoso-

Al bajar hemos dado un paseo por el barrio y hemos decidido comer en una cadena típica de Osaka, Kushikatsu Daruma, donde se comen pinchos fritos. ¡La verdad es que están ricos y sale muy económico! Pero es mejor no repetirlo cada día. Para variar suerte que llevo a Noe y que la carta tenía algunas fotos, sino uno está perdido pidiendo en sitios para locales. En la zona también encontramos un restaurante para grupos y luchadores de sumo, con raciones que -no bromeo- daban para 10-20 personas según el plato. ¡Y MUY buen de precio!


Este es el monitogote que de una manera o de otra tienen en la puerta de toda la cadena... ¡su propietario!


En otro restaurante, cada plato medía -cuanto menos- la espalda de Noemí... ¡raciones para 10-20 personas!

Por la tarde empezamos con el templo Isshin-ji, un templo abierto al público -y totalmente fotografiable- muy pequeño pero acogedor, con un cementerio detrás y un pequeño estanque.  Se fundó en el 1185 por Hohnen Shonin, el fundador de la secta Jyodo del budismo. El templo es conocido por sus Okotubutu, estatuas de Buddha hechas con cenizas de 200.000 budistas cada una... ¡y hay más de diez!. En el momento de la visita también estaban oficiando algún tipo de "misa" budista, por lo que no quisimos entrometernos mucho. Mención especial merece el viejo verde que nos encontramos al salir y que estaba manoseando los dibujos de la puerta -que eran mujeres desnudas-, algo completamente asqueroso. Gracias a Dios estos perfiles son una excepción :-)


Con el hall principal de fondo, donde se encontraban los "Okotubutu", las estatuas hechas de cenizas de creyentes


Detalle del cementerio, con la torre Hitachi de fondo -y un pelín de HRD- ;-)


Como veis estaban oficiando una ceremonia y no hemos querido molestar

El último templo fue el templo de Shitennoji, que ya valió más la pena. Este se estableció hace 1400 años para la plegaria a Buddha, pero también con el propósito de beneficiar la comunidad, siendo un reciento donde se organizan eventos con realidad. Hay un primer espacio común seguido de un recinto cerrado donde se encuentran un enorme Hall principal así como una pagoda de dimensiones considerables. Como suele ser habitual cuando viajamos, la pagoda estaba siendo restaurada, por lo que lo único que hemos podido ver con calma es el hall y el lateral del recinto, ambos muy bonitos y llenos de estatuas no fotografiables que han justificado la visita.


Uno de los muchos niños que ves yendo al colegio solitos... ¡la mayoría con la misma cartera y gorro similar!


Otro detalle del barrio... el bebé que iba en bici nos seguía con la mirada :-)


Como siempre... ¡uno de los dos edificios -la pagoda- en fase de restauración! No vaya a ser que la veamos ;-)


La puerta principal del templo Shinnetoji -Noe miraba fijamente el incienso que los creyentes ponen en la entrada-

Llegados a este punto nos acercamos al que para mí fue el mejor momento del día. Primero fuimos al Tennoji Park, delante del Abeno Harukas, a pasear. De camino paramos en el santuario Horikoshi, que es un pequeño templo muy acogedor. En el parque había de todo, desde un zoológico hasta una zona común con pequeños restaurantes.


Detalle del santuario Horikoshi, muy pequeñito pero una parada agradable si estáis de paso


Como veis, nada de gatos en bici en el parque... ¡y basuras! -esto en Japón es cercano al milagro-

Nosotros nos centramos en visitar los jardines Keitakuen -dentro del parque-, un pequeño recinto para pasear, y luego nos quedamos en la zona común. Tres cosas nos llamaron la atención:

  • Primero, como siempre los jardines son preciosos -aunque pequeños- y vale la pena perder 20 minutos en dar una vuelta. Además hay muy poquita gente. Como todo requiere una pequeña entrada, pero en mi opinión vale la pena.
  • Segundo, ¡tienen la escuela oficial de fútbol de Oliver y Benji! -Captain Tsubasa en Japón-. Otro monumento a nuestra infancia. Parece que es una esceula importante puesto que tenían algún ex-miembros de la selección involucrados. Había un montón de niños japoneses que se defendían muy bien, muchos con las camiseta del Barcelona. Claro que es normal, ¡considerando que el protagonista de la serie termina jugando allí! Además tenían reproducciones de todo -ficticias, claro-: las camisetas de las finales, el balón que le regalaron a Tom Baker, etcétera. Una parada interesante para los que recordéis la serie con cariño. A la mujer que atendía le ha encantado oír la popularidad que tuvo la serie en nuestro país. ¡Nos ha tratado genial!

  • Tercero, había un chico practicando artes marciales en el parque digno de admirar un rato. Os recomiendo que le echéis un vistazo a la grabación que le hice porqué nos pareció espectacular 

¡Y finalmente hemos subido al Abeno Harukas! El edificio es espectacular, siendo el más alto de Japón -con 300 metros, estando el mirador casi a esa altura-. Es de los rascacielos más bonitos que he visto con diferencia. El Abeno Harukas son en realidad tres edificios. El primer mirador está en el segundo -es gratuito-, pero tenéis que subir hasta arriba. Las vistas son sobrecogedoras pero es que, además, hay una zona preciosa para tomar algo allí mismo, abierta por encima y con música de fondo. La puesta de sol de esta tarde con una cerveza en la mano ha sido de los momentos más bonitos del viaje. Nos han parado unos locales a preguntar cómo se llamaba Herbie, de qué marca era y hasta se han echado varias fotos con él, ¡les encanta! (y no es la primera vez que nos preguntan)... ¡me choca con un país con tantísimas mascotas! -cada zona tiene la suya-





Espectaculares vistas y espectacular lugar, todo acristalado
y con una zona para tomar algo... ¡así sí vale la pena subir!

Siendo ya de noche, hemos vuelto a la zona del hotel (Namba) a re-visitar el Dotonbori con algo más de calma. Está a rebosar de tiendas y especialmente de restaurantes, pero es muy vistoso y vale la pena verlo. Hoy el objetivo era comer carne sin arruinarnos, y hemos encontrado un local ideal para hacerlo, el Mitsuru, muy bien posicionado en TripAdvisor y una delicia para el paladar, totalmente recomendable. Aquí he hecho uso de mi escueto japonés para decirle al hombre que estaba delicioso y de lo contento que estaba nos ha seguido haciendo reverencias hasta la salida. ¡Riquísimo!



Detalles del Dotonbori, una excelente elección para pasar la noche y comer bien
¡Famoso por su cocina y sus neones!

¡Y con esto termina el día de hoy! Y mañana... ¡último día! Planeamos visitar el castillo más importante de Japón -Himeji- y dedicar la última tarde a terminar Osaka.

¡Un abrazo!

1 comentario:

  1. Cuanta variedad de actividades en un mismo día,
    Entiendo que al ser una isla la salida y puesta de sol es por el océano.
    Como dices además de impresionante ha de ser espectacular poder verlo como lo habéis hecho, desde la terraza en la parte más alta de una torre.
    Sin gafas, la primera impresión ha sido ver una chimenea en vez del edificio/torre
    Me ha impactado como da la sensación de desafío a la gravedad, el chico haciendo artes marciales, Ha de tener mucha concentración y preparación tanto física como mental.

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